El CDM y El Ahorcado

Tuesday, June 27, 2006

1.
Nuevo colegio, nuevo club y nuevo nombre. El asalto.

Once de Septiembre de 2001. Mismo día en que las Torres Gemelas de Nueva York fueron derribadas en un atentado terrorista. Mismo día en que comenzó el colegio para Javi, que se había ido al Colegio Marista Sagrada Familia de Cartagena. Primer día, recogida de libros, presentación, todo muy bonito. A las once de la mañana, cuando todos iban a salir de la clase, se oyó sonar el móvil de Javi. Toda la clase se quedó mirando, extrañada.
—Javi. Ah, dime... ¿qué? ¡Voy para allá ahora mismo! ¡Retenlos ahí!
Bajó corriendo, esquivando a todo el mundo, ante las miradas de todo el mundo. Lógicamente, todos pensaban que aquel tipo estaba loco. Javi llegó rápidamente al local del club y vio a su amigo José Antonio intentando retener a varios de los ex-miembros del club.
—Javi, vamos a matarte— dijo Felipe, levantando el puño. Javi saltó a una mesa esquivando el puñetazo y José Antonio hizo otro tanto. Desde ahí dio una patada espectacular a Felipe. Javi hizo lo mismo con otro más. Quedaba en pie Antonio Sánchez, que recibió también lo suyo.
—Ay, tramposos. ¡Dos contra uno!— protestó.
—Tres contra dos, diría yo— se enfureció José Antonio—. Media hora apuntándoles con la pistola de dardos para que no dieran un paso...
Al día siguiente, en el colegio, los de la clase de Javi, 4º D, preguntaron qué pasaba el día anterior.
—Nada, una llamada urgente de un amigo mío que estaba colaborando en el club...
—¿Club?
—Sí, club de detectives. Hasta ahora éramos el CFT, Club de la Fantasía. Decidimos llamarle así porque las cosas que hacíamos eran “Una realidad para nosotros y una fantasía para otros”... Hemos resuelto casos que ni la policía, pero ahora esto se ha ido a la porra.
—¿Y podríamos entrar en ese club?— preguntó uno llamado Raúl.
—Por supuesto...— afirmó Javi—. Estoy esperando un pequeño ataque por parte de mis ex-compañeros, así que supongo que seréis bienvenidos. Dadme vuestros nombres...
Empezó a apuntar gente. Al poco tiempo tuvo una lista que repasó.
—Raúl, Dani, Jorge, Lucas, Juan Antonio (más conocido por Pedreño), Pedro Prefasi, Pedro Rubio, ¿Pally...? Ah, Pablo, vale... Sergio, Alejandro (llamado Palacios), Juan Salas, David... bueno, creo que somos suficientes. Eso sí, esto es algo serio, no quiero tonterías como con los otros.
—Muy bien— lanzó Pally—. ¿Cuándo empezamos?
—Hay que organizar un centro de reuniones— dijo Javi—. Creo que guardé algo por ahí de otros casos... unos cien mil euros, que si formamos cuatro comandos... veinticinco mil por grupo. Y hay que elegir nombre, ¿qué tal Club de Detectives de Maristas?
—Club de Detectives de Maristas, abreviado CDM— dijo Palacios—. Me gusta...
En ese instante sonó el móvil de Javi y su música estridente paralizó a todos. Javi contestó.
—¿Sí? Ah... vale, ya mando a alguien. ¿Que a quién? Tú espera y verás...— colgó y se dirigió a sus nuevos compañeros—. Hay alguien atracando el banco, ahora está en comisaría. ¿Vamos?
—Vamos, vamos— dijo Lucas.
Al poco tiempo estaban allí y cuando entraron... ¡sorpresa!
—¿A que no esperabas vernos aquí?— preguntó Felipe.
—No, no lo esperaba— dijo Javi—. ¿Quién quiere pegarle?
Prácticamente la mitad de lo que fue el Club de la Fantasía, CFT, estaba allí, pero eran muy pocos comparados con los que formaban ahora el CDM.
—¿Quiénes son todos estos?— preguntó Joaquín, el antiguo vicepresi- dente y buen amigo de Javi.
—El nuevo club— contestó Pally—. Y si queréis palos decidlo ya.
—Eso, ¡porque si no, os matamos ahora!— Lucas se adelantó cómicamente haciendo un aspaviento.
—Tú cállate, tío listo, que eres un tío listo— dijo Pally—. Tú debes ser Felipe, el Pelopunk, el tío del peo en punta tan ridículo...
Felipe lanzó el puño, pero en ese instante el comisario le dio una patada en el trasero, tumbándole. Le echó una bronca tremenda por haber armado aquel desmadre en la comisaría y les dijo a los antiguos socios que no quería verlos aparecer más por allí, que después del caso del ministro no valían para nada. Felipe ordenó la retirada (parecía haber tomado el mando) y lanzó unas amenazantes palabras para el nuevo CDM:
—Os lo digo: el CFT, original, único, somos nosotros. Y añado algo. ¡Esto significa la guerra!

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