El CDM y El Ahorcado

Tuesday, June 27, 2006

4.
Una invasión en masa.

Lunes. Nueve de la mañana. Física.
Lunes. Diez de la mañana. Tecnología.
Lunes. Once de la mañana. Recreo.
Pero no un recreo cualquiera. Aquel día no iba a ser tan tranquilo como se preveía en un principio; era precisamente el día de las fiestas del pueblo de Javi, por lo que los antiguos miembros del club no tenían clase, mientras que el nuevo CDM sí. Y no un recreo cualquiera por algo más: destacados miembros del CFT fueron a Cartagena en un autobús magnífico, en el que se subieron a punta de pistola y sin pagar billete. En la parada más cercana al colegio marista “Sagrada Familia” se bajaron. Entraron al colegio avasallando y llevándose por delante a todo el que pillaban. Estando en el patio de recreo, se llevaron por delante a don Constancio, el profesor de Lengua, el cual, muy enfadado, les paró los pies y les dijo:
—¿Es que vosotros no sabéis hacer más que el gamberro? Os invito a iros de aquí inmediatamente, ya. Ahora - mismo— recalcó.
—¿Y tú nos vas a decir que nos vayamos?— preguntó Felipe—. ¡Anda y vete a freír espárragos!
Precisamente Javi, Dani, Jorge, Raúl y Pedro Rubio pasaban por allí y les vieron: Felipe, José Balanza, Alfonso y Antonio plantando cara a Constancio.
—¿Qué voy a hacer con esta tropa de degenerados?— preguntaba Javi.
—Nada, viene por ahí el profesor Murillo— contestó Dani.
Don Luis Murillo era el jefe de estudios, recientemente elegido a principios de aquel año. Tenía un genio impresionante y llevaba a todos más tiesos que la mojama. Vio a la compañía de Felipe allí y se plantó frente a ellos, gritándoles de una forma que daba espanto. Pero ellos seguían riéndose. De pronto Felipe oyó una voz.
—¡Pelopunk, te vas a caer con todo el equipo! ¡Panda de idiotas!— era Javi, que los había visto, como ya hemos comentado. Y estimados lectores, no podéis imaginar qué hizo Felipe: dio un empujón a don Constancio, y lo tiró encima de don Luis Murillo, el cual cayó encima de don Felipe Faura, profesor de Educación Física que pasaba por allí en ese mismo momento. Felipe se encaró a Javi y se puso muy cerca de él.
—Ahora me vas a decir a la cara todo eso, pedazo de gusano, misántropo, pedazo de asco, birria de presidente del falso CDM...
Javi soltó la rodilla hacia arriba, alcanzando a Felipe en un sitio donde suele doler; acto seguido soltó el pie hacia delante, luego el otro pie, luego giró sobre sí mismo y soltó otra patada más, de espaldas. Alfonso corrió hacia Javi con el puño en alto, pero este se apartó justo a tiempo y le puso la zancadilla. Alfonso tropezó, cayó hacia delante donde estaba Pedro Rubio, que lo cogió y lo lanzó hacia delante, con tan mala suerte que Alejandro del Palacio pasaba por allí en ese preciso instante y recibió un cabezazo de Alfonso en el estómago. Palacios cogió a Alfonso y lo tiró a un contenedor de basura, toda la acción desde la primera patada de Javi en menos de doce segundos. De pronto el móvil de Javi sonó. Era el inspector de policía que decía que esa misma tarde les quería ver a las seis y media en la comisaría para presentarles su primer caso importante. Sin Felipe, desde luego.

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